domingo, junio 20, 2004

INFORMACION PROPIA

EDITORIAL

MOSTRAR O NO LAS IMAGENES DEL HORROR


Ayer, mientras hojeaba un periódico de circulación nacional, me quedé pasmado al dar la vuelta en una página y encontrarme con la imagen del cuerpo de Paul Johnson, un norteamericano de 49 años que trabajaba para el ejército estadounidense en Irak, que había sido decapitado la víspera por terroristas vinculados a Al Qaida.

Mientras me recomponía de aquella espantosa visión, me preguntaba qué valor informativo tenía mostrar esa imagen.

Esta es una vieja discusión que existe desde hace años, casi tan vieja como el periodismo. Hay quienes defienden la utilización de todo material informativo diciendo que "la gente tiene derecho a saber". Otros, aduciendo la competencia informativa, dicen que si no usan ellos este tipo de imágenes otros lo harán. Algunos incluso aseguran que ellos sólo se encargan en retratar la realidad y que si hay personas no quieren ver eso, pueden cambiar de canal, no comprar el periódico o cerrar la página de internet.

Personalmente, no estoy de acuerdo en ninguno de las posiciones anteriores. Creo que todos los medios deberían regirse por un principio: la voluntad de la gente a saber.

Algunos telediarios advierten cuando hay imágenes que pueden herir la sensibilidad de la gente. De igual manera, debería haber advertencias en el resto de los medios que manejaran el mismo tipo de material informativo.

No es que no se haga uso, sino que sea la gente la que decida si lo quiere ver o no.

Sé que sería difícil establecer los parámetros idóneos sobre lo que es ofensivo y que algunos medios podrían clamar sobre que se les quiere limitar su libertad de expresión.

Lo que pienso es que así como la gente tiene derecho a saber, también tiene derecho a no querer saber.

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