Análisis político: Martirologio periodístico
por Sanjuana Martínez/apro
La libertad de información y la seguridad de quienes la ejercen son el termómetro en el que se mide la temperatura de una democracia. Las cifras que ofrece esa medición en México, en razón del número de periodistas asesinados, indica que la calidad de nuestra democracia es muy limitada.
Desde el año 2000 han sido asesinados nueve periodistas. La situación no ha cambiado mucho comparada con el número de homicidios ocurridos durante los sexenios priistas. El esperado “cambio” de Fox, también en este apartado, resulta ser una promesa electoral dolorosamente vacía.
La impunidad ha continuado en México sin que la llegada a Los Pinos del exdirectivo de Coca Cola haya significado cambio alguno. Desde los tiempos de Manuel Buendía el “martirologio” periodístico se mantiene; y con Fox, sencillamente aumenta, un síntoma patológico y demoledor que retrata a esta presidencia.
Y es que por cada asesinato sin resolver, el Ejecutivo pierde legitimidad frente a su pueblo y frente a la comunidad internacional. Hoy en día, está muy mal visto, un gobierno de un país donde se mata a los periodistas. No es para menos, en el Siglo XXI la libertad de información es un derecho elemental, consagrado y protegido.
Artículo completo en Proceso.
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