sábado, febrero 08, 2020

Relaciones Públicas: El desprecio



Una de las grandes barreras cognitivas reside en el desprecio en las ideas ajenas que no encajan con nuestra ideología.

No se trata de algo nuevo, ya que esa supuesta superioridad moral o intelectual desde donde se alzan los miembros de uno u otro bando, no les permite empatizar, no tanto para acercar posturas (algo que sería deseable), sino para entender realmente al adversario.

Porque entendiendo al adversario es como mejor puede combatírsele, rebatiendo sus ideas (sus fake news) no con el estómago y quizás ni siquiera con el cerebro, sino con, que se me permita la cursilería, con el alma.

Con las redes sociales se han amplificado las reacciones viscerales de las personas y eso que Facebook se ha encargado de filtrar millones de fotos y vídeos, que, de haber salido a la luz, hubieran atizado aún más el encono entre bandos.

Sobre esto hay una discusión abierta en torno al papel que realmente juegan las redes sociales en los procesos democráticos actuales.  La verdad es que Facebook ha realizado un gran esfuerzo de transparencia, pero los medios de comunicación no le han concedido ningún espacio, porque creen que eso influirá para que vuelvan algunos lectores que han perdido frente a la empresa de Mark Zuckerberg.

La verdad es que las posibilidades de las redes sociales siguen siendo muy amplias y su uso sigue siendo relativamente barato a comparación del coste de la publicidad en medios tradicionales.  Sin embargo, el efecto de las campañas requiere de muchas dosis de estrategia y creatividad y de un esfuerzo más integral que incluyan gabinete de prensa y las propias estrategias políticas o pasarán desapercibidas para el público.

Es en estos varios frentes en donde el desprecio y la falta de empatía hacen que el diagnóstico falle y la capacidad de enfrentar al adversario, sobre todo al populista, no sea eficaz y no consiga su objetivo.

No reconocer las virtudes del adversario y sólo resaltar las bondades de un grupo determinado lleva a la autocomplacencia y a la endogamia, algo peligroso y absurdo en un mundo abierto, global e interconectado.

He puesto la foto de Fox, no porque considere que este expresidente haya transitado por este camino, sino por la imagen de la autocomplacencia que proyecta.

Visita la web de mi agencia: www.tuatupr.com