RRPP: Agua para cada molino
Hay una discusión abierta en la blogósfera hispana sobre la independencia y la honestidad de los blogs frente al marketing (Tema Libro Conexión Habana).
De repente, volvemos a unas posiciones que creía superadas y cada quien intenta llevar agua para su propio molino.
Me imagino a muchos bloguers llorando por las esquinas de los comentarios de Haloscan:
El bloguero no tiene que aspirar mayor recompensa que la de ser honesto consigo mismo, no cayendo en las garras del dinero que sólo empaña su visión y viviendo un palmo por encima del resto de los mortales que, pobre ellos, se dejan influir ciegamente por lo que les imponen oscuros intereses.
¡Venga chicos, que somos mayores!
Querer dejar fuera de la blogosfera a múltiples oportunidades de negocio se me hace tan infantil como imposible.
Si entre amigos nos recomendamos todo tipo de productos, no veo raro que en la "gran conversación" que es la blogosfera no hagamos lo mismo. Gracias a los blogueros conozco We the Media, Red Couch y tantos otras iniciativas y productos como gadgets, películas, etc.
Creo tener suficiente criterio para distinguir la paja del trigo y saber cuando algo puede merecer la pena, independientemente si me entero por un blog, un periódico, por la voz de un amigo o por la televisión.
Me parece que en la ecuación independencia y honestidad, falta un tercer ingrediente: la credibilidad. Puedo ser muy independiente y muy honesto, pero un día cuelo algo que el personal ve "sospechoso" y mi credibilidad se reduce como el número de mis visitas.
Si las empresas quieren utilizar los blogs como herramientas de marketing y comunicación, ¡que lo hagan, están en su derecho! De repente, algunos blogueros se desgarran las vestiduras ante esta posibilidad y exigen que la blogosfera se mantenga como está, pero esa es SU blogosfera e intentar imponerla a los demás, repito, se me hace infantil e improbable.
Siempre habrá bitácoras independientes, honestas y creíbles que se podrán consultar. Quizás entre éstas estén algunos blogs empresariales... quizás. ¿Por qué negarlo de entrada? Se me hace una posición intelectualmente limitada.
Dejemos que las cosas caigan por su propio peso.
¿Quién iba a decir que algo tan viejo como recomendar un libro iba a dar tanto de sí?
Por cierto, ¿el libro ese es bueno o qué?
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