Madrid acogió anoche al "charrúa" Jorge Drexler. Una audiencia entregada llenó hasta la bandera el Palacio de Congresos de la Castellana y disfrutó durante más de 2 horas de un concierto original y alegre, pero sin complacencias. Gustó. Tanto que incluso la audiencia le obligó a dos "bises" y se quedó con ganas de más.
No fue un concierto en el que Drexler interpretara con fidelidad los temas tal y como pueden escucharse en sus discos. Había momentos en que parecía que se celebraba una jam session de jazz o que el artista se encontraba en un espacio íntimo armado únicamente con su voz y su guitarra o que se presenciaba un concierto de rock con percusiones estridentes. Incluso, hubieron momentos en que parecía que se estaba llevando a cabo un performance sonoro de un artista alternativo.
Un espectacular juego de luces. La presencia rotunda de un violinista y un contrabajista. Una luz que giraba como un faro iluminando al público de manera lánguida y taciturna, casi desesperada.
Un buen concierto, aunque personalmente me faltaron "Sanar" y "Al otro lado del río".
Otra vez será...
Unos vídeos breves y malos -de móvil- para los que no pudieron asistir:
Foto de El País.
Tags: Jorge Drexler.
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