domingo, septiembre 17, 2006

Relaciones Públicas: Análisis del Rajoy portavoz


El pasado miércoles 13 de septiembre, Iñaki Gabilondo puso a prueba a Mariano Rajoy en una entrevista transmitida en directo por la nueva cadena Cuatro.

El líder del PP tenía que acudir a la entrevista, aún sabiendo que no sería precisamente un paseo. Subrayo tenía porque si de algo está careciendo últimamente Rajoy es de cobertura mediática de calidad para lanzar sus mensajes a una audiencia masiva.

Los breves de los telediarios muchas veces no alcanzan a trasmitir de una manera eficaz y profunda ningún mensaje, mucho menos los de carácter político. Esto lo ha entendido el PSOE y de ahí el lanzamiento de su propio canal de televisión.

Pero volviendo a la entrevista que nos ocupa, Rajoy nunca imagino que se trataría de un aguerridísimo tercer grado, el cual no estuvo exento de uno que otro golpe bajo, que, por increíble que parezca, no fue previsto por los asesores de Rajoy.

1. Adelantarse al entrevistador denota nerviosismo. No se puede intentar dar por zanjado un asunto sin escuchar la formulación de una pregunta por completo. Escuchando a Rajoy decir "No, no" ante algunas preguntas de Gabilondo daba una idea de que no lo estaba pasando precisamente bien.
2. Un poco de humor/sarcasmo no está mal para salir de un aprieto. En los momentos más álgidos se puede salir de un embrollo no sólo esbozando una sonrisa, sino incluso revirando al entrevistador su pregunta difícil. Quizás una salida digna a la pregunta de los sables hubiera sido: "Usted ve muchas películas de Errol Flynn, Iñaki".
3. Las respuestas no deben ser clases de historia. Es evidente que las preguntas no fueron previstas por los asesores de Génova, porque algunas respuestas se convirtieron en largos (e irrelevantes) repasos históricos que acabaron confundiendo (y aburriendo) al personal.



4. Primeros, primerísimos planos. En los debates electorales es habitual que se negocien los encuadres de las cámaras para dar una imagen parecida de todos los candidatos y evitar que se magnifiquen algunos tics o reacciones involuntarias que dicen más que mil palabras. Desconozco si era posible determinar estos detalles en esta entrevista, pero la imagen en primer plano de Rajoy cerrando el ojo izquierdo en repetidas ocasiones o apretando la quijada denotaban ansiedad y, nuevamente, nerviosismo.
5. ¿Y el futuro? Las respuestas de Rajoy estaban constantemente ancladas en el pasado, hablando sobre la trayectoria del partido y no tanto de sus propuestas y su visión de lo que espera para el porvenir. ¿Que Gabilondo no se lo permitió? En el mismo tiempo que tomaba para sus respuestas, perfectamente podía haber solventado el tema planteado por el entrevistador y haber lanzado sus propios mensajes, lo que se conoce como la técnica de "Respuesta+1".



6. Afrontar los temas... siempre que se dominen. El tema del 11M fue, sin duda, en el que el desempeño de Rajoy como portavoz dejó más que desear... y todo porque es un asunto que prefiere no tocar y que, fue evidente en la entrevista, no domina en lo que respecta a la posición de su partido. La respuesta negativa ante la pregunta sobre una posible conspiración fue sintomática.


7. No pelees con un periodista en televisión. Regla básica de una entrevista en TV. El portavoz se encuentra con todas las de perder. No hay que someterse al periodista, pero tampoco establecer una lucha ante los ojos de millones de espectadores. Tampoco hay que abrir demasiadas puertas porque dentro pueden encontrarse algunos cadáveres que pueden ser la puntilla para la credibilidad del portavoz. La salida natural habría sido responder reiteradamente que "lo más importante" es que la investigación judicial termine y ayuda a que todo aquello no se repita nunca más. A este técnica se le denomina "bandera".
8. Preparación. Una entrevista es como un combate de boxeo. Si el portavoz no se prepara antes conciencudamente es posible que una pregunta al centro de gravedad lo mande a la lona desde el primer round. Si bien Rajoy aguantó estoicamente la andanada de Gabilondo, en más de una ocasión se tambaleó ostensiblemente. Así como se preparan los debates electorales y otras participaciones públicas, con una buena preparación del portavoz y la ayuda de sus asesores, intervenciones clave como la entrevista en Cuatro podrían tener mejores resultados.

De lo errores se aprende y es verdad que cada entrevista es diferente, por el periodista, el momento en el que se realiza e incluso por el escenario (el videowall del plató de Cuatro proyectando el rostro del entrevistado tiene un gran impacto en el mismo sitio y en la imagen que proyecta finalmente la televisión).

Lo que resulta sorprendente ha sido la aparente falta de previsión y preparación ante una de las citas mediáticas más importantes del año para un líder que tiene que aprovechar al máximo cada una de las oportunidades que se le presentan, porque en verdad que son (y seguirán siendo) muy escasas.

Vídeos en Youtube de Electroduende.

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