Creo que estoy cayendo en los mismos lugares comunes de cualquier libro de emprendedores, pero es que muchas de las cosas que éstos recogen tiene sentido.
Uno de estos consejos es seguir tus instintos.
Es importante que aprendas todo lo que puedas sobre tu negocio (y no sólo propiamente la actividad, sino también temas legales, financieros, laborales, etc.) para que cometas el menor número de errores. Sin embargo, es importante que te dejes llevar por lo que te dice el estómago, no sólo la cabeza o el corazón.
Vale. Te equivocas y la cagas, pero si el error es producto de una decisión propia, podrás aprender bien la lección. En cambio, si te equivocas siguiendo los consejos de otros, es posible que te quedes con la sensación de que "quizás el problema fue de la implantación", "el problema fue mío", "el problema fui yo"... y vuelvas a intentarlo una y otra vez... y sigas fallando.
De verdad, si te metiste en un lío siguiendo tus instintos, puedes ver el problema con mayor claridad.
No tengas miedo de equivocarte. Te equivocarás mucho, pero aprenderás en el camino y, lo más importante, evitarás caer nuevamente en el mismo error (aunque también tienes el derecho de insistir con lo mismo, aunque haciendo algunas variaciones en la implementación).
Agradezco la invitación del buen amigo José Luis Perdomo, de Bitácoras.com, de alojar en su plataforma este blog en el que voy a contar mis historias de emprendedor. Ahora está en http://octaviorojas.bitacoras.com/
Así que actualizar vuestras suscripciones ;)
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