Eugenia de la Torriente escribió en el suplemento especial de moda de El País Semanal un excelente artículo sobre todo lo que ocurre tras bambalinas en el millonario sector de la moda, haciendo hincapié en la relación entre las empresas y los medios de comunicación.
Me parece fundamental que los medios también hablen de su relación con los anunciantes (en este caso de las marcas más conocidas e importantes de un sector tan influyente), y que reclamen su independencia.
Parece universalmente establecido que la presencia en los medios de las marcas se negocia pecuniariamente. Que se paga por salir, vamos. Y no es así exactamente. No del todo, al menos. En principio, los medios disponen de un equipo no sólo de redactores, sino también de estilistas (...), que elabora sus reportajes. (...) Se supone la libertad para elegir todo aquello que en ellos se incluya, aunque es innegable que, a veces, las firmas que invierten en publicidad en la cabecera exigen una cierta recompensa en las páginas de contenidos. Una relación, a ratos, difícil y que puede acabar en polémicas.
Por mi experiencia, unas buenas relaciones con los medios pueden evitar o matizar esta polémicas no sólo en este sector, sino en cualquier otro en el que estén involucrados grandes anunciantes.
No olvidemos que los periodistas son personas cuyo trabajo es ofrecer información al público. Ellos también están sujetos a presiones y, como todos, se equivocan o mantienen filias y fobias.
Como profesional de las RRPP, lo que se tiene que hacer es mantener una relación respetuosa y productiva, que redundará en un lazo de confianza que será beneficioso para ambas partes.
Mencionar (o peor, utilizar) la inversión en publicidad para obtener cobertura redaccional es poco ético, y es la fórmula perfecta para destruir la confianza que debe existir entre periodistas y profesionales de las RRPP.
Esto puede parecer idílico frente a lo escrito por de la Torriente, pero se da. Yo lo he hecho con los clientes que me han confiado su comunicación y puedo decir que tengo verdaderos amigos entre los periodistas producto de esta forma de actuar.
A los anunciantes: no caigan en la trampa de creer que publicidad = publicity, y desconfíen en los supuestos RRPP que les recomienden hacerlo.
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