En la discutida
comparecencia de la Ministra Mato y otros responsables de alto nivel para dar a
conocer el primer caso de ébola en España, se echaron en falta varios temas que
debieron tratarse con la mayor profundidad posible y que deberían estar en los
protocolos de comunicación de infecciones en nuestro país, tal y como ya lo
están en otros países.
Entre
los temas que se echaron en falta fue la garantía de la intimidad de la
infectada y de las personas de su entorno que pudieron tener contacto con ella.
Si esta
persona ha tenido a personas ayudándole en su casa y no las tenía contratadas y
éstas no tenían regularizada su situación migratoria, ¿se garantizaría su
asistencia sanitaria sin coste? ¿Y qué
pasaría con ellos después? ¿Se les deportaría?
¿Qué pasaría con su familia? ¿Se
esconderían e incluso se trasladarían a otra población para evitar enfrentar
preguntas sobre su situación migratoria?
Por
otro lado, siendo el turismo uno de los sectores clave en la maltrecha economía
española y Madrid la principal puerta de entrada para los turistas, ¿no habría
sido adecuado ubicar en un mapa los puntos en los que se ubicaban los
hospitales para establecer que las zonas no estaban al lado de los principales
puntos turísticos de la ciudad? ¿Cuáles han sido las acciones para dar
seguimiento a la gente que sale del país?
Tantas y tantas dudas... y tan pocas respuestas técnicas.
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