Había indicado en un post anterior algunas diferencias en la comunicación de sendas gripes, la aviar y la porcina, a nivel internacional.En lo que se refiera a España, la gestión de la crisis ha sido diferente con respecto a la de la gripe aviar y, tengo que decirlo, ha sido mejor en la porcina, que con la aviar.
Cuando saltó la alarma con la gripe aviar, en España hubo una especie de competición absurda por parte de las comunidades autónomas para ver quién era el primero en notificar la aparición de algún foco infeccioso en su territorio.
De la misma manera, cada CCAA dio pautas de actuación distintas, lo que tuvo un impacto en el consumo de ave y preocupó a otros sectores alimentarios cercanos.
Con la gripe porcina, toda la comunicación se ha centralizado en el Ministerio de Sanidad y Política Social, cuya actuación ha sido apropiada, intentando desde el primer momento:
- Tranquilizar a la población hablando sobre la preparación de los servicios sanitarios ante una posible pandemia
- Indicar claramente que el consumo de carne de cerdo no conlleva un riesgo de contagio, ya que el virus se trasmite de persona a persona
- Evitar polémicas absurdas sobre posibles cercos sanitarios discriminatorios para ciudadanos provenientes de los países con mayor número de infectados
Es verdad que las crisis también sirven para detectar aspectos de mejora y, entre ambas crisis generadas por sendas gripes, el gobierno español ha tomado nota y aprendido la lección.
No por nada, en la calificación del nuevo gobierno, Trinidad Jiménez (en la foto), titular de la cartera de Sanidad, ha salido bien valorada.
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