Después de la novedad que supusieron los blogs y las redes sociales en las campañas políticas de años pasados, la que está actualmente en curso parece que ha obviado las herramientas de comunicación 2.0.
Y no porque las páginas no tengan su Twitter, su Facebook, su Flickr y su Youtube, sino porque los responsables de las campañas y los propios candidatos no acaban de creérselo.
En la página web de Jaime Lissavetzky (que ha recibido bastantes críticas) hay varios botones para redirigir a diversas redes sociales. Sin embargo, hay botones, como el de tuenti, que no redirigen a ningún sitio específico, sino a la página de inicio.
Hay un icono equivocado que parece llevar a Facebook, pero que en realidad lleva a los usuarios a la cuenta en Twitter de @mikihoyos.
Mirando la web del popular Alberto Ruíz-Gallardón, se percibe un poco más de orden, pero se vuelve a caer en el error de no tomarse en serio la comunicación online 2.0.
En una ciudad como Madrid, tener apenas unos cuantos miles de seguidores en Facebook o vistas en los vídeos de Youtube se antoja limitado.
Hasta que, como candidatos, se presenten ideas realmente innovadoras para empujar la ciudad, difícil será captar la atención a los más jóvenes y preparados.
Pero lo peor no es eso, sino que no se aprovechan al máximo la potencia de la comunicación 2.0 y justamente uno de los grandes problemas es que no se establece una conversación, un diálogo real y permanente con los ciudadanos.
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Totalmente de acuerdo, la mayoría pasan y hacen un mal uso de ella. Me permito añadir este enlace http://bit.ly/kD1nYo, donde amplío un poco la opinión que me merecen nuestros políticos en la relación con la comunicación 2.0. Gracias. Un saludo, Lucía.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Lucía.
ResponderEliminarSeguramente sea porque tengan en el departamento de comunicación a algún/alguna enchufad@s sin estudios en comunicación ni RRPP. Si tuvieran un licenciado en publicidad y relaciones públicas esto no hubiera pasado. (Y si lo tienen y les ha pasado, creo que va siendo hora de despedirl@ y contratar a otr@)
ResponderEliminarDe todas formas la credibilidad de un partido político es nula. Así que usen o no usen internet (ahora llamado 2.0) los jóvenes no se los van a creer.