sábado, marzo 15, 2008

Relaciones Públicas: Aprender de los fracasos

Resulta difícil encontrar información sobre fracasos en relaciones públicas.
Quizás los casos más evidentes sean los de la mala gestión durante un periodo de crisis.

Pero no resulta demasiado evidente en campañas cuya visibilidad no es tan notoria... y, sin embargo, la sensación de fracaso puede ser igual de intensa que cuando todo el mundo se entera.

Personalmente parto de que las cosas son perfectibles, de que todo puede hacerse mejor, pero también sé identificar un problema cuando lo veo.

Pongamos como ejemplo la realización de un evento.
Normalmente partimos de presupuestos ajustados y tenemos que hacer maravillas con el dinero que nos facilitan los clientes. Pero en México tenemos un dicho: "lo barato puede salirte caro". Algunas veces lo mejor es pasarse que quedarse corto.

Mejor tener a un cliente molesto por haber pagado algo "en balde" que un cliente cabreado por no haber "tenido previsto los imprevistos".

No caer en la presión. A los clientes les encanta utilizar palabras como "inmediatamente", "ahora", "ya"... sin pensar en que existen determinados procesos para hacer algunas cosas que llevan su tiempo... y a veces mucho tiempo.

Por eso no hay que caer en la presión y establecer plazos reales, aunque enfaden al cliente. Si el cliente quiere imposibles, es irresponsable y poco profesional acceder. En algún momento la realidad se impondrá y tendremos a un cliente doblemente cabreado: por no haber cumplido y por haber llegado tarde.
En ese caso, prefiero llegar tarde (según la visión del cliente), que incumplir los tiempos.

Otro problema es el de ser "demasiado ambicioso". Si se quiere embelezar al cliente, lo suyo es avanzar cuando se tenga una experiencia probada en aquellas acciones que se proponen... y, sobre todo, contar con que todos los aspectos están a punto.

Es obvio que a todos nos gusta mostrar lo mejor de nosotros, pero a veces resulta un ejercicio de responsabilidad reconocer cuando las cosas no se han hecho como deberían y aprender de los fracasos para no volver a cometerlos.

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