domingo, noviembre 13, 2005

De inmigrantes, terroristas, delincuentes, islamistas a pobres (sin adjetivos)

La irresponsabilidad de los medios no acaba de sorprenderme.

Si uno recuerda, durante los primeros días de los disturbios en la periferia de París, los jóvenes que salían a la calle a incendiar automóviles eran inmigrantes, terroristas e islamistas, es decir, terroristas reales o en potencia.

Unos pocos días después, los mismos sesudos comentaristas de la opinión publicada explican que:
- La mayoría se trata de franceses de origen extranjero, pero franceses al fin y al cabo (aunque también había rubios de ojos azules entre quienes arrojaban cócteles molotov).
- Que la religión no está en el centro de sus vidas. Haciendo una comparación, se puede decir que algunos de estos grupos profesan un "islam light", tal y como hacen millones de jóvenes católicos en toda Europa.
- Que no se trata de colectivos manipulados por la delicuencia organizada, sino de individuos o pequeños grupos que se contactan a través de sms y que salen, eso sí, a cometer actos delictivos.
- Que provienen de zonas muy desfavorecidas, en las que el paro, el fracaso escolar y la falta de oportunidades por cuestiones de raza y religión son moneda corriente.
- Que el modelo de "comunidad nacional" francés puede no ser el mejor, pero que tampoco el inglés "multicultural" o el de los "trabajadores invitados" alemán son alternativas viables a medio plazo.

La información ha sido difundida irresponsablemente y nadie se ha llevado las manos a la cabeza clamando por la falta de profesionalidad de los periodistas y de los medios que trasmiten sus notas.

Ser "prisionero de la actualidad" no debería servir como coartada a la ignorancia ni eximir de responsabilidades a los totémicos MSM.

Otro de los efectos colaterales de esta falta de profesionalidad de los medios es la manera en cómo los políticos (franceses, españoles y de toda Europa) entran en el juego para obtener réditos electorales en el corto plazo, sin pensar que abren una caja de pandora que luego no serán capaces de cerrar. (Recuerden a Le Pen dejando fuera a Jospin y cómo le respiraba en el cuello a Chirac).

El debate político ha estado "secuestrado" por el tema de la seguridad, sacrificando el bienestar y la libertad, cuando los tres tienen que ser prioridades a atender de manera paralela.

Creo que, en su deber de informar, los medios tendrían que informarse primero ellos antes de difundir noticias llenas de mentiras e imprecisiones.

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