martes, septiembre 07, 2004


(1) Entrevista inédita con Ramona Maneiro, compañera de Ramón Sampedro, a propósito de "Mar Adentro" (1)

Antes de comenzar esta serie de entregas de la entrevista a Ramona Maneiro, quisiera dar un poco de información para contextualizarla.

La entrevista fue hecha en Galicia, en Boiro, al lado del mar -de hecho las olas se escuchan en la grabación original-, pocas semanas después de que Ramón Sampedro hubiera tomado el veneno que le provocó la muerte. Ramona estaba siendo requerida por medios de todo el mundo y por la policía española, ya que en ella recaían todas las sospechas de haber ayudado a morir al tetrapléjico gallego, cuya historia ha sido trasladada a la gran pantalla en "Mar Adentro", dirigida por Alejandro Amenábar y protagonizada por Javier Bardem.

Yo colaboraba en ese entonces con la revista mexicana "Etcétera", a la que le propuse la historia, que al final no fue publicada, porque los editores dijeron que se trataba de un tema demasiado local.

A mí me interesó la historia de Sampedro justamente por lo contrario, porque para mí se trata de un caso que puede suceder en cualquier lugar del mundo.

Además, lo sentía como algo cercano. Entre otras cosas, porque con unos amigos acabábamos de fundar "Volver al Camino, A.C.", una asociación para ayudar a un amigo que había sufrido un grave accidente que lo había dejado en estado vegetativo.

Siempre dije que, como no podíamos saber qué pensaba nuestro amigo, lo que podíamos hacer era darle las condiciones para vivir dignamente el tiempo que fuera necesario.

La asociación continúa hasta hoy y presta apoyo en México a las familias de personas con problemas como el de mi amigo y el de Ramón Sampedro. En España, hay una organización con fines parecidos: APANEFA.

Volviendo al tema de la entrevista. Decir que pude hablar con Ramona Maneiro fácilmente, ya que una periodista me facilitó su número de teléfono y ella aceptó recibirme cuando le dije que era mexicano.

Me sorprendió su tranquilidad y buen humor, y hasta su coquetería. Tenía el cabello largo y liso, muy negro, haciendo contraste con su tez blanca. Sonreía mucho y estaba abierta a decir todo lo que le quisiera preguntar.

Aunque este blog pretenda estar especializado en temas de relaciones públicas y comunicación, creo que esta entrevista inédita tiene algún valor que va más allá de estos ámbitos y por eso la ofreceré íntegra por si alguien la encuentra interesante.

Nada más comenzar la entrevista Ramona Maneiro se hizo una pregunta clave:

Ramona Maneiro:
Hay periodistas que llegan y preguntan: ¿Tú ayudaste a Ramón a morir? Y yo, como me tienen la vida complicada, pues ya no quiero que me interroguen de esa forma. No quiero que me pregunten "¿Tú ayudaste a morir a Ramón?", porque hay miles de personas que se han autoinculpado. Y yo he puesto mi firma en un papelito de esos. Lo que pasa es que a mí ya me han cogido por eso, porque fui la última persona que estuvo cerquita de Ramón (antes de morir). Ya por las habladuría de la gente, yo tenía que ser la persona que le ayudara por "copones".


Octavio Rojas:
¿Cómo fue que quisiste conocerlo? ¿Dónde lo viste?


RM:
Yo lo vi en televisión la primera vez. Cumplía él 50 años y 25 que estaba en cama. Entonces me gustó. Los ojos tan abiertos, tan grandes, tan expresivos. Una mirada tan penetrante, que se te clavaba, se te metía -no sé-.

Y a mí me gustó y tenía interés en conocerlo. Además era un señor que vivía tan cerca y me dije: "Tan cerca que lo tengo y no lo conozco".


OR:
¿En dónde vivía?


RM:
En Xuño, que pertenece al ayuntamiento de Puerto del Son.


OR:
Igual estaba cerca del agua, cerca del mar.


RM:
Se veía el mar desde su habitación. Por una ventana que tenía él frente a su cama se podía ver, pero Ramón no podía verlo.


OR:
¿Luego alquiló un piso en Boiro?


RM:
Sí. Era un pisito desde el que se veía el mar. El quería tener uno al lado del mar, pero los de aquí no tenían ascensor y él quería uno por si se tenía que mover.


OR:
¿El nunca aceptó usar la silla de ruedas?


RM:
No, no. El salió pocas veces en silla de ruedas. Como cuando fue a la Audiencia Nacional en Coruña.


OR:
Yo lo he visto en alguna imagen en una cama saliendo de un juzgado.


RM:
No es una cama, es una silla. Lo que pasa es que la adoptó mejor, porque él no podía estar sentado.

Hoy en día, hay muchos tetrapléjicos que están en sillas de ruedas sentados, incluso se pueden mover y pueden pasar las hojas de los libros con las manos. No es como antes, que no habían los adelantos que hay hoy con la mecánica. Con los músculos atrofiados, Ramón no podía estar sentado.


Próximamente, la segunda entrega de esta serie.

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