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domingo, enero 18, 2015
Post Dominguero: "You & I (Nobody in the world)" de John Legend
Imprescindible ver el making of del video: https://www.youtube.com/watch?v=kcSnUaGfm-A
¿Qué ves cuando te ves en el espejo?
sábado, enero 10, 2015
Relaciones Públicas: ¿Por qué yo sí soy Charlie Hebdo?
Los caricaturistas mexicanos fueron durante mucho tiempo la única verdadera oposición que tuvo el PRI durante décadas.
Pintaban a presidentes y secretarios de estado como seres ruines, monstruosos y algunos con las manos manchadas de sangre...
Sin embargo, siguieron publicando y -hasta hoy- mantienen su crítica, independientemente del partido del que procedan los gobernantes en turno que vuelven a ser representados como seres ruines, monstruosos y algunos con las manos manchadas de sangre...
De acuerdo, no se metían con temas religiosos, porque eso les hubiera llevado a situaciones comprometidas, pero sí lo hacían contra altos representantes de la iglesia católica y eso no hizo que la gente los viera como ateos, quemacuras ni mínimamente que atentaban contra la iglesia o contra una religión determinada.
La persistencia y coherencia de estos caricaturistas generaron una conciencia cívica que explotaría con las polémicas elecciones en las que Salinas de Gortari acabó siendo indicado como presidente y hasta la fecha se ha mantenido encendida con los sobresaltos que nos aportan quienes gobiernan el país.
Todo esto lo escribo para suscribir la frase "Yo soy Charlie Hebdo".
He leído por ahí una réplica para indicar que otras personas no "Son Charlie Hebdo", porque no están de acuerdo con la manera en que trataban temas religiosas relacionados con el islam. Los respeto, pero discrepo.
Yo soy Charlie Hebdo, porque el humor es parte fundamental de lo que nos hace humanos. Si nos quitan la sonrisa a base de tiro, ¿qué quedará a la humanidad?
Yo soy Charlie Hebdo, porque los dibujantes no hacían distinciones en sus ácidas críticas, aunque ahora se distingan exclusivamente las polémicas portadas relacionadas con el islam.
Yo soy Charlie Hebdo, porque creo que lo políticamente correcto de este mundo pusilánime se nos ha ido de las manos y el acto de barbarie perpetrada por unos asesinos es la traca final que, por extrema, ha avivado otras pulsiones aún peores que nos quieren llevar a tiempos más oscuros.
Yo soy Charlie Hebdo, porque la muerte de estos caricaturistas podría ser un abrir de ojos ante una situación de fondo como la irrelevancia militar, política y hasta económica de Europa frente a unos enemigos que son realmente sus vecinos.
Yo soy Charlie Hebdo, porque quiero ayudar a quitar la sangre de los ojos de la gente y ayudarles a hacerles ver que la civilización europea, con todo y sus defectos, ha generado, no sin muchos sacrificios, un ambiente de libertad y bienestar que incluso ha generado esos pájaros que ensucian su nido con defecaciones en forma de balas asesinas.
Yo soy Charlie Hebdo, porque sé que el terror acalla mentes, voces y corazones, como ha sucedido en México, en donde ya no se puede tocar el tema del narcotráfico porque matan a los periodistas y una sociedad menos informada es una sociedad menos libre.
Yo soy Charlie Hebdo, porque, en suma, quiero reírme en libertad, pudiendo pedir perdón por mi risa si es que he ofendido a alguien, pero pudiéndome reír en libertad.
Pintaban a presidentes y secretarios de estado como seres ruines, monstruosos y algunos con las manos manchadas de sangre...
Sin embargo, siguieron publicando y -hasta hoy- mantienen su crítica, independientemente del partido del que procedan los gobernantes en turno que vuelven a ser representados como seres ruines, monstruosos y algunos con las manos manchadas de sangre...
De acuerdo, no se metían con temas religiosos, porque eso les hubiera llevado a situaciones comprometidas, pero sí lo hacían contra altos representantes de la iglesia católica y eso no hizo que la gente los viera como ateos, quemacuras ni mínimamente que atentaban contra la iglesia o contra una religión determinada.
La persistencia y coherencia de estos caricaturistas generaron una conciencia cívica que explotaría con las polémicas elecciones en las que Salinas de Gortari acabó siendo indicado como presidente y hasta la fecha se ha mantenido encendida con los sobresaltos que nos aportan quienes gobiernan el país.
Todo esto lo escribo para suscribir la frase "Yo soy Charlie Hebdo".
He leído por ahí una réplica para indicar que otras personas no "Son Charlie Hebdo", porque no están de acuerdo con la manera en que trataban temas religiosas relacionados con el islam. Los respeto, pero discrepo.
Yo soy Charlie Hebdo, porque el humor es parte fundamental de lo que nos hace humanos. Si nos quitan la sonrisa a base de tiro, ¿qué quedará a la humanidad?
Yo soy Charlie Hebdo, porque los dibujantes no hacían distinciones en sus ácidas críticas, aunque ahora se distingan exclusivamente las polémicas portadas relacionadas con el islam.
Yo soy Charlie Hebdo, porque creo que lo políticamente correcto de este mundo pusilánime se nos ha ido de las manos y el acto de barbarie perpetrada por unos asesinos es la traca final que, por extrema, ha avivado otras pulsiones aún peores que nos quieren llevar a tiempos más oscuros.
Yo soy Charlie Hebdo, porque la muerte de estos caricaturistas podría ser un abrir de ojos ante una situación de fondo como la irrelevancia militar, política y hasta económica de Europa frente a unos enemigos que son realmente sus vecinos.
Yo soy Charlie Hebdo, porque quiero ayudar a quitar la sangre de los ojos de la gente y ayudarles a hacerles ver que la civilización europea, con todo y sus defectos, ha generado, no sin muchos sacrificios, un ambiente de libertad y bienestar que incluso ha generado esos pájaros que ensucian su nido con defecaciones en forma de balas asesinas.
Yo soy Charlie Hebdo, porque sé que el terror acalla mentes, voces y corazones, como ha sucedido en México, en donde ya no se puede tocar el tema del narcotráfico porque matan a los periodistas y una sociedad menos informada es una sociedad menos libre.
Yo soy Charlie Hebdo, porque, en suma, quiero reírme en libertad, pudiendo pedir perdón por mi risa si es que he ofendido a alguien, pero pudiéndome reír en libertad.